El café
es un excitante cardíaco y nervioso. Además,
bloquea las substancias inhibidoras cerebrales que ralentizan la actividad cerebral.
La cafeína se fija a los receptores celulares impidiendo que la adrenosina,
sustancia segregada por las terminaciones nerviosas que frenan la actividad de
las células del cerebro, ejerza su efecto inhibidor en el cerebro. Según
ciertos especialistas, 2 tazas de café bloquean durante dos horas la mitad de
los receptores cerebrales de adrenosina. De este modo, el café aumenta el ritmo
cardíaco y la presión arterial, excita las facultades cerebrales, la atención,
la concentración y la vigilancia. También puede hacer que algunas personas anulen
sus inhibiciones psíquicas, miedos, angustia o timidez, mostrándose más activas.
Fuente:
Brun, Christian.
El poder psíquico de los alimetos: Editions
Jouvence, 2008.
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