La
fama de los omega 3 y su aplicación en la práctica clínica, aún hoy en día no
ha quedado clara debido a las contradicciones que existen sobre ellos los
numerosos estudios que podemos encontrar en las bases de datos como PubMed,
GuíaSalud, Cochrane…A través de esta entrada mostraremso algunos de los resultados de su papel en los estados depresivos.
Es
importante destacar que las dietas deficientes en omega-3 modifican
la composición de lípidos y las funciones neuroquímicas en ciertas áreas específicas
del cerebro (1), además se ha evidenciado un aumento en la densidad de receptores de serotonina en la corteza frontal y una disminución de los receptores de la dopamina.
Queremos comentar un artículo publicado en la base de datos PubMed en la que se
realiza un meta-análisis de los ensayos controlados aleatorios sobre los omega-3
y los trastornos depresivos.
Se
realizó una búsqueda en MEDLINE, EMBASE, PsycINFO, y la Base de Datos Cochrane
de ECA sobre los estudios que emplearon los ácidos grasos poliinsaturados
Omega-3 en pacientes con síntomas depresivos. Se tuvo en cuenta tanto la
gravedad de la depresión, duración del ensayo como el tipo y dosis de Omega-3
empleados en cada uno de los estudios. Se pudo demostrar que el uso de ácidos
grasos omega-3 fue eficaz en los pacientes diagnosticados de trastorno
depresivo mayor mientras que no hubo resultados concluyentes en pacientes con
esquizofrenia o bipolares.
Así que todo parece indicar que los omegas-3 pueden mejorar el funcionamiento de nuestro cerebro y con ello mejorar nuestro estado de ánimo.
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